domingo, 20 de octubre de 2013

Mamíferos de Doñana, 16-08-13

A punto de regresar a casa y dar por terminado el asalto a Doñana, nos fuimos a despedir del parque desde uno de los observatorios del centro de visitantes El acebuche.

Y como no solo de aves, vive el naturalista, tuvimos la suerte de darnos un festival de observaciones de mamíferos en una misma tarde.


No esperábamos encontrar entre los carrizos a este zorro, que acudía a beber agua.

Zorro rojo (Vulpes vulpes)

Pasó por delante nuestro, consciente totalmente de nuestra presencia en el interior del observatorio, pero no le inquietó lo más mínimo.





No dudó en pasar de nuevo por delante del observatorio, y una vez saciada la sed, continuó con un ligero trote hasta desaparecer entre los matorrales.

La marcha del zorro, fue aprovechada por estos jóvenes jabalíes para darse un revolcón en el barro de la orilla.


Una hembra mayor los acompañaba, husmeando con el hocico por el cieno.

Jabalí (Sus scrofa)

Pero la mayor sorpresa estaba lejos del agua, más bien se movía por el cuarteado y seco suelo,


por allí, entre la laguna y el comienzo de los carrizos y el matorral, una pareja de la única mangosta que podemos observar en Europa, campeaba a sus anchas..

Meloncillo (Herpestes ichneumon)

Es el carnívoro más diurno de los que habitan nuestros campos.
Parece estar en ligera expansión estos últimos años, favorecido por la densificación del matorral en nuestros campos. Tal vez el cambio climático, favorezca a este cazador generalista de origen africano.



Se detenía a escarbar y capturar a algún insecto, aunque bien conocida es su fama de cazador de serpientes y culebras. También se alimenta de conejos, micromamíferos, incluso aves y carroña.

Pero el desfile continuaba, y por detrás de la charca, comenzaron a aparecer ciervos,


Ciervas, varetos y algún cervatillo iban asomando a los claros y aproximándose al agua.


Mordisqueaban los brezos y parecían limpiarse de parasítos, dándose continuos lamidos por el cuerpo.

Ciervo rojo (Cervus elaphus)


Por fin, este joven y esbelto vareto, se acercó a beber y pudimos fotografiarlo.



y con esta imagen, que bien parece tomada en un safari africano, cerramos la primera parte del último capítulo de nuestro periplo a Doñana, pues en la segunda parte y final, pondremos aún unas cuantas aves como despedida de estas tierras andaluzas... 

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