sábado, 18 de mayo de 2013

Abubilla

Un simple cántaro...


un ave misteriosa...


y una migradora primaveral que ha venido a criar a nuestra casa: 

Abubilla (Upupa epops)

La abubilla en la Alcarria habita zonas ligadas a terrenos de cultivo cerealistas, olivares, zonas semiáridas, y parece ser por lo que vemos aquí, también en jardines como el nuestro.
   

En Castilla La-Mancha es nidificante en prácticamente toda la Región, recogiendo buena parte de población migradora, aunque en invierno, no es infrecuente encontrarla en el campo, si bien sus cuarteles de invernada se suponen en el norte de África. 



Suele estar presente en la península desde el mes de marzo hasta julio-septiembre, aunque parte de la población inverna en el sur de España.
Hay también paso de abubillas centro-europeas por la península que junto con las que han criado en nuestros campos, cruzan el estrecho de Gibraltar entre agosto-septiembre, una vez pasada la temporada de cría.

un apetitoso escarabajo
Como nos indica su especializado pico, se alimenta de insectos que extrae del suelo, oquedades de los árboles, etc., siendo por tanto muy beneficiosa para la agricultura. 

aportando alimento al nido
A pesar de criar en este cántaro, en pleno paso de nuestra parcela, y de que el sábado estuve desbrozando a menos de un metro de él, no fue hasta última hora de la tarde cuando me di cuenta de que tenían el nido en su interior.
Avisé a la familia de que evitáramos pasar cerca del cántaro para así molestar lo menos posible, y al día siguiente las fotografié.
Suelen poner de 5 a 8 huevos, por lo que será interesante ver como evoluciona la pollada las próximas semanas. Los jóvenes permanecen en el nido aprox. 25 días, aunque siguen siendo alimentados durante un tiempo por sus padres, por lo que imagino que habrá más entradas de Abubillas.


Eché un único vistazo al nido (y la fotografía), para comprobar el estado de los pollos, y me llevé la sorpresa de encontrar a la hembra dentro. Hasta ese momento pensé que las dos abubillas, macho y hembra, traían continuamente insectos al nido, pero era el macho quien con continuadas idas y venidas, aportaba el alimento.
La hembra abandonó únicamente el nido, a última hora de la tarde, se ausentó no más de 3-4 minutos, para volver al interior del nido inmediatamente.


El macho, incansable, aportaba a veces un gusano, un escarabajo, y así una inmensa cantidad de insectos, limpiando por tanto el jardín de plagas. 


No se asustaba demasiado cuando inevitablemente pasábamos alguna persona cerca del cántaro, pero son huidizas, y a veces se alarman, abriendo el peculiar penacho.


Un vuelo tras otro, espero poder seguir dando novedades de tan curiosa caja-nido y sus habitantes.

Saludos.

3 comentarios:

  1. Que bonita la abubilla!
    Y eso que no te gustaba el cántaro como objeto decorativo.
    Besos.
    Hermanísima.

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    Respuestas
    1. Efectivamente, cuantas veces le hubiera dado un cantazo ¡ja, ja, ja!
      Lo malo es que voy a acordonar la zona para que no se moleste a las abubillas (ya sabes como me pongo,¡jua, jua, ja!
      Un besazo

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