Con el lomo dolorido del tute de ayer, nos fuimos a la garganta de Escuaín a hacer la legendaria pero comodísima ruta de los miradores de Revilla.
Aquí, reinan las rapaces ...
buitres leonados, milano real, águila real y quebrantahuesos, se pueden observar con facilidad.
Otras especies como calzadas, culebreras, abejeros, están de camino a sus cuarteles de invernada. Las rapaces rupículas y las forestales tienen aquí un auténtico santuario.
Llegamos temprano a la ruta y con la oportuna paciencia que hay que tener en estos casos, nos quedamos en los últimos miradores hasta la hora de comer (gracias hijos y esposa por aguantarme), viendo un par de adultos de águila real, montones de buitres y hasta tres quebrantahuesos, dos adultos y un juvenil o inmaduro, la verdad que a distancia considerable.
No fué hasta mediodía cuando en el último mirador, uno de los adultos nos dió un auténtico recital. Nos sobrevoló por encima, a la altura de los ojos, le vimos desde arriba, quedándonos atónitos al ver a tan corta distancia tan magnífico velero.
De pronto uno de ellos, acarreando un gran resto de carroña que parecía el espinazo de algún herviboro, arranco no sabemos de donde, para irse a posar a un extraplomo de los paredones que hay frente al mirador. No se deciros la distancia en línea recta, pero mucha. Esto es lo que salíó a máximo aumento de ocular de telescopio y cámara.
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) |
En este recorte se puede ver que se trata de un magnífico ejemplar adulto. Me hubiera gustado tirarle más fotos, pero, otra vez será. Volveremos.
atención a la gran cola desplegada |
Su vuelo es muy peculiar, sobre todo cuando campea buscando carroña y lleva bajas las "manos" y la larga cola y la cabeza mirando al suelo, en un peculiar vuelo de planeo.
Esto y su tamaño hacen fácil su identificación en vuelo.
wwww AQUÍ ME GUSTARIA COLOCAR UN VÍDEO... ¡ pero no puedooooooo! www
(me da error al subirlo, si alguien me puede echar una mano, po favó, dejar un comentario o me cargo este cacharro)
A pesar de que la ruta es visitada por bastante gente, cosa que no me extraña, por la belleza del sendero y los miradores, a la hora de comer, solo quedabamos en el mirador: una pareja de franceses digiscopeando, dos italianos con dos equipazos de cámara y teleobjetivo, y nosotros cuatro españoles. Parecía un chiste ...
Los italianos se hincharon a hacer fotos, parecían metralletas más que cámaras, de las ráfagas que tiraban. ¡Ay! aquí si que eché de menos una reflex...
En fin, os recomiendo esta ruta ornitólogica. Próximo anexo a este capítulo:
más carroñeros.
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